martes, 29 de noviembre de 2011

La inseguridad

Es claramente loable la acción de todos los familiares y amigos de las víctimas de los secuestros, también la de los ciudadanos en general, que exigen una mayor seguridad. Han logrado una reacción favorable del gobierno, que de paso, comenzó una limpieza imprescindible en los cuadros policiales. El aumento de la delincuencia rebalsa la capacidad de represión y prevención, con lo que se les hace el caldo gordo a los delincuentes profesionales.
Mafias bien organizadas con apoyo de ciertos funcionarios corruptos -aunque hoy ya más vigilados-, encuentran facilitada su delictuosa labor. Pero es obvio que una concepción de la seguridad pública basada exclusivamente en la prevención y represión de los delincuentes e incluso en la control de los sectores marginados y no en programas de combate a sus causas, como la pobreza y el desempleo, es absolutamente insuficiente.
Es necesario, de todas maneras, ahondar en la prevención y en la represión de la violencia, ya que los resultados de un ataque a las causas nunca pueden ser inmediatos.

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